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lunes, 9 de julio de 2012

Yo soy egoísta... y que


Tengo una teoría (o quizás sería mas correcto llamarla hipótesis) un tanto controversial que intentaré explicar de manera que no se malinterprete.
Definitivamente es complicado a veces, exponer ideas complejas evitando entrar en ambigüedades.
Espero que lxs lectorxs tengan la suficiente paciencia para intentar evaluar el concepto en su totalidad y no comiencen con un juicio de valor antes de tiempo.

Generalmente el egoísmo parecería ser el enemigo de cualquier intento por lograr una sociedad mejor, mas justa, mas sana, mas igualitaria. Todo aquel que lucha por ideales altruistas, mira al egoísta como su némesis e intenta atacarlo, demonizarlo y combatirlo. 

En un primer análisis, estos dos conceptos parecen absolutamente incompatibles, antagónicos; pero si los analizamos bien, hay una alternativa, no solo para evitar el conflicto que esto conlleva, sino que la única manera de solucionar esta supuesta incompatibilidad, es como dijimos en entradas anteriores, dejar de lado el juicio de valor. 
En esta conclusión, o mas bien hipótesis, el verdadero egoísmo resulta en un unificador y en una sociedad mas justa, mas sana e igualitaria.

Esta entrada está muy relacionada con conceptos expresados en entradas anteriores, por lo que puede que algunos se repitan.


Perseguir la satisfacción personal, el bienestar propio, la libertad y la individualidad es un motor fundamental en la vida de cada ser humano y en cierta medida se pueden considerar como conceptos egoístas, puesto que se ocupan fundamentalmente de darle un sentido y un objetivo únicamente a nuestra propia existencia. Es la necesidad de cada uno de nosotros. No tiene una connotación negativa en sí misma, es simplemente una realidad que compartimos todos.
Por supuesto que el egoísmo comienza a convertirse en una problemática cuando esa persecución o ese motor converge con los intereses o libertades ajenas y es allí en dónde se transforma en un conflicto inevitable. Nuestra sociedad básicamente se rige y se alimenta de éstos conflictos, propiciando la competencia y generándola.

Imaginemos una situación hipotética y algo surrealista para intentar graficar a lo que quiero llegar con todo ésto:

Hay un grupo de personas (pongámosle unas doscientas) con distintos intereses, creencias, ideologías, etc. Un espejo de nuestra sociedad global pero en pequeña escala, que han ido a una presentación del último modelo de un auto maravilloso, incomparable, increíble; que está lanzando la marca más prestigiosa del mundo. Todos tienen como común denominador que están absolutamente desesperados por ver semejante maravilla, todos sueñan con algún día poder poseer ese ejemplo de innovación e ingeniería, es uno de sus mayores y más fervorosos deseos.
Cuándo termina la presentación, ante los ojos maravillados de toda esta audiencia, porque han admirado y descubierto que el automóvil supera con creces todas sus expectativas, la marca anuncia que a la salida dispondrán cinco de estos maravillosos bienes, para que cualquiera de la audiencia pueda llevarse a sus casas absolutamente gratis, como una campaña de promoción. El problema es que no imponen ninguna otra regla, ni nada más. Los cinco autos están afuera con sus llaves puestas, esperando que alguien se suba para llevárselo, sin ninguna traba.

Analicemos entonces los posibles escenarios que se darían ante tal descabellada situación:

1- La desesperación y el deseo es tan grande que comienza un caos de violencia incomparable. Todos intentan llegar lo antes posible, golpeando, empujando, sin que importe absolutamente nada ni nadie. Seguramente los cinco acreedores de esos autos serán los más fuertes y rápidos, luego de haber controlado mediante la violencia al resto.
Esto es barbarie.

2- Si la gran mayoría quiere evitar el caos, deberán comenzar a determinar quienes se llevarán dichos autos. Aquí entonces comienza un caos diferente al anterior, pero caos al fin.
Comenzarán a aparecer distintos grupos que compartan ciertas ideologías, algunos por lo tanto propondrán por ejemplo compartir los autos una semana cada uno, para que todos puedan disfrutarlos aunque sea un poquito. Otros podrían proponer que cada uno exprese sus razones por las que se sienten merecedores de esos autos y que se decida por votación de todos. Otros podrían argumentar que los únicos merecedores son aquellos que hayan seguido la senda de Dios y quienes hayan hecho mas obras de bien. Otros podrían argumentar que los únicos que tienen derecho a llevárselo son aquellos que conocen muy bien de autos y de cómo conducirlos e intentarían decidirlo según quiénes son los mejores. Otros dirían que como los autos no son suficientes para todos, entonces nadie debería llevárselos... En fin, debido a que hay tanta variedad de creencias, valores, preconceptos, ideologías, comenzarían una batalla (intelectual o violenta, lo mismo dá) para establecer cuál prevalece y quienes se llevan los autos y quienes no.
Esto es nuestra "civilización".

A lo largo de la historia de nuestra humanidad hemos tenido estos dos escenarios, lo cierto es que con estos dos escenarios, sin importar si es justo o injusto, si es violento o pacífico, siempre hubo gente se ha quedado afuera de obtener y perseguir ese deseo y absolutamente siempre generó y genera conflictos, guerras, violencia y caos. Pero podemos traer aquí un nuevo escenario que nunca se ha probado, aunque es un concepto que comienza a tener lugar en nuestra sociedad y que ya es posible. Tenemos el concepto de escasez  tan arraigado que no nos detenemos nunca a pensar en otro escenario que no sea alguno de los dos anteriores. Una solución tan simple, que lo único que la detiene es porque asumimos que no existe otro escenario posible.
Si todos fueran verdaderamente egoístas (sin tomar como absolutos preconceptos ideológicos o subjetivos), deberían asegurar que todos tuvieran la posibilidad de obtener lo que quieren para evitar el conflicto de que alguien pueda arrebatárselo, cumpliendo no sólo su propio deseo, sino el de todos.
Si en vez de que existan sólo cinco autos entre doscientas personas, absolutamente todos pudiesen obtenerlo cuando quisieran, dónde quisieran, cómo quisieran; no sólo todos obtendrían el beneficio de cumplir su deseo de obtenerlo, sino que jamás aparecería ningún conflicto, por lo que el miedo a perderlo desaparecería por completo. Nadie tiene que perder su forma de pensar, su ideología, su individualidad, su independencia, su libertad, todo lo contrario, tendrían la tranquilidad de que nadie la ponga en peligro.
Eso es la "verdadera civilización".


Seamos verdaderamente egoístas, exijamos tener todo lo que deseamos tener y la libertad para elegir, porque el único camino para obtenerlo es asegurando que todos puedan también obtenerlo. Así no sólo podremos perseguir nuestros sueños, sino que nunca tendremos que enfrentarnos a ningún conflicto, ningún miedo...

Trabajemos para conseguirlo...

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